domingo, 31 de mayo de 2009

COLLAGE DE MISION




Estoy en el mundo para…TENER Y DAR. Tengo lo más importante que es la vida y gracias a Dios y a mi excelente pareja, pude dar vida a dos hermosas niñas; tengo amor y felicidad. Mi vida tiene sentido cuando: admiro el sol, las estrellas, la luna, el cielo, el aire; disfruto del amor con mi pareja, mis hijas y todos los que me rodean, disfruto de toda la naturaleza, tengo mi trabajo que me fascina pero no es de mis prioridades; todas las cosas materiales son las que menos me importan. Entonces puedo dar o regalar: AMOR, PAZ, FORTALEZA, LUZ, ARMONIA, CONSUELO, TRANQUILIDAD, MI TIEMPO, ALEGRIA, LIBERTAD, FELICIDAD, UNION, AMISTAD, CARIDAD, ALIMENTO, COBIJO, SEGURIDAD, SATISFACCION, CONFIANZA, BONDAD, ETC. Valores que intente ilustrar en mi collage y que son lo más importante y valioso para mí.

MI MISION ES: DAR, REGALAR O TRASMITIR TODO LO QUE TENGO Y HACER FELIZ A QUIENES ME RODEAN.

En el collage hay un párrafo que dice: ¡Valor Inigualable! Una sonrisa, si sale del corazón te da vida, fuerza, calor, alegría del espíritu, calma, ternura, amor esperanza… ¡son tantas las cosas hermosas que te trasmite! Con una sonrisa dices mucho más que con palabras. Una sonrisa te puede dar todo, ¿cómo no vas a sonreír?

¡¡SONREIR NO CAUSA IMPUESTOS!!

Viva la Vida ... ¡Genialidad musical!


Queridas y estimados:

Les recuerdo que el lunes 1 y el lunes 8 de junio no tendremos taller.

El miércoles 3 y el miércoles 10 de junio deberán venir vestidas con mezclilla, tenis, gorra, protector solar e impermeable, ya que estaremos trabajando al aire libre.

¡Por favor compartan su riqueza -que es muchísima- en el blog!... Gracias Cony.

Si alguna de ustedes -se incluye a los varones- todavía tiene dudas de como subir información al blog, con toda confianza comuníquese al 044 722 3 82 53 71.

Nos vemos el miercoles.

Jorge

viernes, 29 de mayo de 2009

No estás deprimido, estás distraido


Estamos tan inmersos en nuestros problemas, en nuestros dolores que no nos percatamos de que existe algo ma allá, que generalmente está a nuestro lado y no somos capaces de verlo.

Tenemos la obligacion de ser valientes y despertar de no estar en un letargo continuo por el miedo de conocernos, de ver dentro, de escarbar. Debemos ver el lado bueno de la situación (si es que nuestro miedo es en realidad pavor). Si nosotros logramos cambiar, podemos ir cambiando nuestro entorno.


martes, 26 de mayo de 2009

Steven Spielberg / Misión


Soy un narrador de historias a nivel planetario. Quiero contar historias que ayuden a las personas a crecer

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Mahatma Gandhi / Misión




Enseñar a los hombres el camino del amor y la verdad
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http://www.youtube.com/watch?v=h8Flra_u8eM
http://www.youtube.com/watch?v=GXMg-zyVmv4
http://www.youtube.com/watch?v=Z9VMadLVHNk
http://www.youtube.com/watch?v=hxtuM0eIuI4

domingo, 24 de mayo de 2009

Comprensión del fundamento / Enrique Dussel



Enrique Dussel
llama comprensión existencial al modo cotidiano y no crítico por el que cada ser humano abarca la totalidad de su experiencia. Esta comprensión también ha sido llamada la posición natural, que significa el modo de existir, la posición de mí mismo en el mundo, y es contraria a la llamada posición crítica.

La comprensión del fundamento o el ser

Esta es la posición crítica del ser, que significa en primer lugar que soy una apertura al mundo como tal y que el mundo es mi punto de partida: la experiencia primera, la que está fundando o perfilando toda experiencia posterior. De esta manera, según Dussel, todo en una cultura tiene un fundamento que se funda en el ser, una cierta relación al fundamento originario desde el que se descubre el sentido de todos los entes que habitan el mundo.

En el modo natural de ser en México, por ejemplo, cada uno de nosotros tiene una cierta comprensión del mundo, la cual suele ser cotidiana o no crítica. Sin embargo , en esta comprensión se da todo lo esencial, pues en ella ya se puede descubre una totalidad de sentido.

Esa totalidad de sentido se descubre de la siguiente manera. Si pregunto: ¿qué es un reloj?, cualquiera me respondería que es un instrumento para dar la hora. Sin embargo ¿esa definición agota el ser del reloj? El reloj se sitúa en el nivel de las cosas, de eso que en filosofía se llama el nivel óntico. Cada una de nosotros está en el mundo y se enfrenta a los entes, a las cosas. Si ante esto pudiéramos preguntarnos más críticamente: ¿Por qué tenemos reloj? Ya no podemos responder que simplemente porque es un instrumento para dar la hora. Cuando pregunto ¿por qué? pido una causa, un fundamento. Sí es verdad que el reloj da la hora, pero para entender el ‘por qué’ nos ayuda un dicho que dice que “el tiempo es oro”. De tal manera que nos interesa el tiempo porque en el fondo el tiempo es oro. Lo que no queremos perder, entonces, es el oro. Pero la pregunta es: ¿por qué el oro es un valor para nosotros? Si San Francisco de Asís, por ejemplo, se encontrara una moneda de oro tirada en el suelo la patearía con desprecio, porque la moneda no es una mediación del proyecto ‘estar-en-la santidad’. En cambio, un habitante del burgo, un hombre burgués, se abría arrojado sobre la moneda en el acto para atraparla, porque es una mediación para el proyecto ‘estar-en-la-riqueza’; porque siendo ese el proyecto de su mundo, el ente concreto oro vale por ser mediación (ser-medio-para) para su proyecto. Es así que tenemos relojes, porque en el fondo del reloj está el proyecto de ‘estar-en-la-riqueza’.

De esta manera, a partir del reloj podemos comprender la historia de la cultura occidental desde el siglo X hasta nuestros días. Podemos mostrar todo un proyecto humano y lo que esta detrás del mismo; porque todo ente (cosa) está fundado en el proyecto y éste es el fundamento de todo lo que habita en el mundo.

Pensamos que la comprensión existencial (cotidiana) nos permite que todo lo que nos rodea nos aparezca como importante. Sin embargo, lo importante es el fundamento y pasa absolutamente desapercibido para nosotros. En el fondo somos llevados como ‘de la nariz’ por el fundamento y nos creemos señores de los entes, entes que nunca descubren del todo lo que tienen detrás. Esta es la diferencia entre lo óntico, que se refiere a los entes y lo ontológico, que se refiere al fundamento o al proyecto de existencia del hombre, de una comunidad, de una época histórica y aún más de la humanidad como historia de todos los proyectos.



¿Que son los valores? / Enrique Dussel


¿Por qué algo tiene valor?, porque es una mediación para el proyecto. Es decir es un medio. Esto significa que la totalidad de mi mundo, que comprendo como futuro, es fundamentalmente un proyecto y para alcanzarlo debo comprometerme a través de mediaciones. Porque para cumplir con el proyecto de ser-psicólogo, tengo que cumplir con la mediación de asistir a la escuela de psicología, y esta constituye una posibilidad 'para', es algo para. Las mediaciones, las posibilidades son las que estoy interpretando cotidianamente, porque son posibilidades ‘para el proyecto’. Lo que no se integra al pro-yecto no me interesa, no le pongo atención, no lo interpreto, porque no tiene valor.

La comprensión cotidiana es el cómo vivimos nuestro proyecto, proyecto que nunca ponemos en cuestión; está allí, somos nosotros mismos. Quizás no nos hemos preguntado cual es nuestro proyecto y, sin embargo, a partir de él estamos eligiendo continuamente posibilidades. Estas posibilidades son entes que se presentan ante nuestra experiencia cotidiana como mediaciones; si tomo una mediación realizo un aspecto del proyecto, si escojo otra llevo a cabo otra parte del proyecto. Hago lo que hago porque tiene para mi valor. Cotidianamente el hombre se encuentra en el mundo, en riesgo de tener que interpretar el sentido de lo que le rodea y la elección del cuál de las posibilidades ha de empuñar; esto se hace gracias a la valoración. Valoro esto más y por eso lo elijo, valoro aquello menos y por eso lo postergo, lo dejo. Eso tan simple es el fenómeno de la libertad humana.

La libertad se mueve en este ámbito. Como el proyecto es un poder-ser futuro, que todavía no es, puedo elegir distintos caminos para alcanzar dicho proyecto, en el fondo, ninguno de esos caminos me van a completar del todo, entonces, quedo un poco valorando y me digo: “esto es de alguna manera bueno, pero aquello lo es de otra manera” . El hombre es libre porque teniendo un proyecto futuro ninguna posibilidad lo cumple del todo. Es por esencia un ser que va siendo y que nunca es del todo, ni siquiera cuando muere, porque cuando muere simplemente deja de ser, no habiendo sido completamente.

Esta es la existencia humana, un ser desde un proyecto futuro, donde todas las mediaciones se le presentan como posibles. Por eso el hombre es capaz de elegir unas mediaciones y dejar otras. La posibilidad de todavía no elegir esta o aquella posibilidad es lo que se llama libertad. Cuando elijo una, quedo determinado y en ese momento dejo de ser libre respecto de ella. Al elegir una de ellas, mi proyecto avanza en esa dirección y desde esa dirección las otras se tornan imposibles.

Es así como el hombre recibe su mundo trágicamente a cargo, sin que se le pida ninguna decisión sobre su originaria existencia, porque desde el momento en que empezamos a ser libres comienza a modificarse el proyecto. Poco a poco uno va haciendo de uno lo que quiere, unos terminan muy arriba y otros muy abajo. Quiere decir que es por ese continuo elegir posibilidades que una va indirectamente, mediativamente, modificando su proyecto. El individuo es cada día mas responsable del proyecto. Esa es la existencia humana. Somos como el burro del cuento, al cual le ataron una zanahoria desde su cabeza, colgada por un palo sujeta a cuello. El burro avanzaba hacia la zanahoria para comerla, en un intento repetido y vano, porque él era quien la transportaba de modo que la distancia entre ambos era siempre la misma. Podemos comparar el proyecto con la zanahoria. Algunos van por un camino y otros por otro. Al cabo de unos cuantos años cada uno se ha hecho a sí mismo. Esto significa que hombre, aunque está trágicamente en su mundo, es al mismo tiempo responsable de éste.


Carl Rogers / Las actitudes necesarias y suficientes


Carl Rogers, fundador del Enfoque Centrado en la Persona, después de muchos años de investigación y práctica en el campo de la psicoterapia y de la educación concluyó que existen tres condiciones, a las que el llamó necesarias y suficientes, para facilitar el crecimiento y desarrollo del ser humano. Dichas actitudes son: empatía, aceptación positiva incondicional y congruencia .

Empatía

La empatía es la primera condición esencial para establecer una relación interpersonal. Consiste en poder sentir el mundo interno del otro, su mundo privado 'como si fuera propio'. La empatía no es, según Rogers, un entendimiento evaluativo en ningún sentido. De hecho, cualquier tipo de evaluación es un impedimento para la creación del clima adecuado para el desarrollo de las personas.

No es suficiente que el facilitador sea capaz de sentir ‘como si’ estuviera en la piel del otro, de mirar a través de sus ojos, de entender la realidad desde el mundo del otro, es necesario que el facilitador comunique ‘su entendimiento’. Es decir poder comunicar al otro de manera verbal o no verbal que es digno de ser escuchado y entendido.

La empatía es una habilidad que se puede desarrollar, pues es posible aprender a captar los significados más profundos de lo que la otra persona expresa, entendiendo tanto a su expresión no verbal (gestos, postura corporal, color del rostro, etc.), como a su comunicación verbal con todos los matices (tono de voz, silencios, voz entrecortada). Esta es la forma de experimentar, lo que el otro vive, siente y cree ‘como si fuera propio’.

La persona que recibe la comprensión empática se siente valorada, aceptada y querida como persona en quien se puede confiar. Esto es cierto, afirma Rogers, en el campo de la terapia, en el aula, en el contexto familiar y hasta en el organizacional.

Aceptación incondicional

La aceptación positiva incondicional consiste en aceptar a la persona como valiosa, digna de respeto, distinta de los demás. Es una preocupación cálida y humana por la otra persona, como ser humano imperfecto, con una gran riqueza de sentimientos y potencialidades, capaz de desarrollarse y dirigirse a sí mismo en forma adecuada, con capacidad para tomar decisiones y ser responsable de sus acciones.

Esta aceptación, se da más allá de cualquier condición de valor. La persona puede ser congruente o incongruente, desordenada, inquieta pero no se le acepta por eso, sino por el hecho de ‘ser persona’: una persona digna y con valor intrínseco a su condición de persona.

La congruencia

La congruencia es, en palabras de Rogers, la más importante de las tres actitudes facilitadoras. La congruencia significa que el facilitador es capaz de presentarse tal y como es, sin caretas ni disfraces, lo que implica un amplio conocimiento y aceptación de sus sentimientos, actitudes, ideas y valores, y que sea capaz de entablar relaciones interpersonales de igual a igual con otras personas.

Una persona congruente en alguien que no se anda con rodeos, sino que dice las cosas tal y como las ve. Es unas persona transparente que no trata de ocultar o enmascarar lo que él es realmente.

La congruencia es una actitud de búsqueda que se orienta hacia la propia lucha por el crecimiento y la integración personal. Ser congruente significa que la persona no solamente tiene conciencia de sí misma, sino que implica que tenga conciencia de la realidad en la que vivimos inmersos, del entorno social en cual interactuamos.

De esta manera, cuando una persona es consciente de la complejidad de sus sentimientos en un momento dado, cuando se escucha a sí misma y se acepta con tales sentimientos, puede elegir expresarlos o no. Por lo tanto, ser congruente no consiste en la manifestación total de lo que se vive en determinado momento, sino en la capacidad de elegir expresar o no los sentimientos. Sin embargo es necesario tener un adecuado contacto con la experiencia persona, una aceptación plena de sí mismo y de lo que en ese momento se vive, una capacidad de libre elección entre expresarlo o no, la cual proviene de lo que personal y social se vive como conveniente.


¿Quién me va a resolver mi grande problema ?


Un viernes cuando mi hijo Israel estaba en segundo de Kinder, el Director de su escuela decidió que no era conveniente que los papás acompañáramos a nuestros hijos hasta su salón de clases y por lo tanto a partir del siguiente lunes, los tendríamos que entregar en la reja de acceso.

Esta noticia por supuesto que cayó como bomba a mi hijo, puesto que durante su primer año y medio de vida escolar lo habíamos acompañado no sólo a la puerta del salón, algunas veces lo llevábamos hasta su pupitre. Pero,

¿ CÓMO ES POSIBLE QUE HAGAN ESO ?,

¡¡ SI YO NI SIQUIERA CONOZCO LA ESCUELA PAA !!,

me comentó mi hijo verdaderamente indignado por semejante atropello.

Al día siguiente haciendo sobremesa en casa de mis padres, su abuela trataba de explicarle que realmente no era tan grave lo que había pasado y que el lunes siguiente encontraría su salón sin ninguna dificultad, a lo que él replicaba una y otra vez, pues si abuela, pero …..

¿Quién me va a resolver mi grande problema ?

Finalmente, después de convencerlo que no era necesario cambiarse de escuela, que todos los días íbamos a estar en la reja esperando a que nos confirmara que ya había encontrado el salón y que no había surgido ningún tipo de contratiempo; accedió a ir a la escuela. Los siguientes tres meses estuvimos parados un buen rato en la reja de su escuela esperando que nos avisara que todo estaba en orden y que nos podíamos ir a trabajar.

Tal vez, esa fue la primera experiencia de mi hijo de tener que enfrentar la vida sólo sin la ayuda de nadie y seguramente para nosotros como papás también fue una de nuestras primeras experiencias donde tuvimos que dejar que caminara por él mismo, sólo pudiendo verlo desde la reja.

Todo esto y sin el afán de ofender al patrón con la siguiente analogía, me lleva a pensar ;

¿ Qué pensará Dios de nuestro grande problema ?

Seguramente ha de estar viéndonos todo el tiempo desde la reja del cielo, que creo es la misma que la del corazón, observando como nos complicamos sin razón, esperando a que le avisemos que ya encontramos el salón de los sueños que debíamos encontrar, que podemos seguir caminando, sabiendo que el siempre estará desde su reja esperando nuestro llamado.

En fin, han pasado un poco más de veinte años, ahora Elena y yo estamos parados en la reja de la vida; viendo como nuestro querido hijo Israel ha encontrado el salón del amor, feliz con Joanna caminando juntos y enamorados. De vez en vez, viene a la reja a avisarnos que ya encontró su salón, que no debemos estar preocupados.


Por todo esto que ha vivido mi hijo, creo que la respuesta a su pregunta es :

¡¡ Tu vas a resolver tus problemas, siempre de la mano de Dios !!

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Jorge, gracias por invitarme a escribir en este espacio tan lleno de vida y sensibidad, muchas gracias

martes, 19 de mayo de 2009

Liderazgo transformacional / Warren Bennis II


Cuatro Competencias del Liderazgo
The four competencies of leadership, August 1984, Training and Development Journal, pp. 15-19,

Gestión de la atención

Uno de los rasgos más sobresalientes de es­tos líderes es la habilidad de atraer a los demás
hacia su persona, y no porque tengan una visión, un sueño, un conjunto de intenciones, una agenda, un marco de referencia. Comu­nican un extraordinario enfoque de com­promiso, lo que atrae a la gente hacia ellos. Uno de estos líderes fue descrito como al­guien que hace a la gente querer unirse a él; logra enlistarlos a su visión.

Los líderes entonces gestionan la atención a través de una visión impactante que jala a los demás a un lugar donde no estaban antes. Lle­gué a entender esto de una manera indi­recta como se ilustra en la siguiente anécdota.

Una de las personas que yo más deseaba entrevistar era una de las pocas que no podía alcanzar. Se negó a responder a mis cartas y llamadas telefónicas. Incluso intenté ponerme en contacto con los integrantes de su con­sejo. El es Leon Fleischer, un bien conocido niño prodigio que llegó a ser un prominente pianista, director y musicólogo. Lo que no sabía es que había perdido el uso de su mano derecha y ya no tocaba.

Cuando lo llamé por primera vez para reclutarlo como miembro del cuerpo docente de la Universidad de Cincinnati, rehusó la oferta y me dijo que estaba trabajando con especialistas ortopedistas para volver a tener el control de su mano. Visitó nuestro campus y me impresionó su compromiso para seguir en Baltimore, cerca de la institución médica donde recibía la terapia.
Fleischer fue la única persona que seguía rehusándose a darme una entrevista y finalmente me rendí. Un par de veranos des­pués coincidí en Aspen, Colorado con él cuan­do conducía el Festival Musical de Aspen. Intenté abordarlo de nuevo dejando una nota en la puerta de su camerino pero no recibí ninguna respuesta.

Un día vi en el centro de Aspen a dos sudorosos chelistas cargando sus instru­men­tos y les ofrecí llevarlos al pabellón de música. Se treparon en la parte trasera del jeep y du­ran­te el camino les pregunté acerca de Fleischer. “Le voy a decir porque es tan gran­de”, me dijo uno, “no nos hace perder el tiem­po”.

Finalmente Fleischer estuvo de acuerdo no sólo en que lo entrevistara sino en que lo viese dirigir y ensayar las clases de música. Relaciono lo que ahí vi con aquella simple afirmación: “no nos hace perder el tiempo”. Cada vez que Fleischer estaba frente a la orquesta sabía exactamente qué sonido que­ría. No desperdiciaba el tiempo porque sus intenciones eran siempre evidentes.

Lo que lo unía con los otros músicos era su preo­cu­pa­ción con la intención y los resultados.
Cuando reflexioné sobre mi propia ex­pe­riencia, me llamó la atención que yo era más efectivo cuando sabía lo que quería. Cuando era inefectivo lo era porque no tenía claro lo que quería.
Así que la primera habilidad del liderazgo es la gestión de la atención a través de un con­junto de intenciones o de una visión, no en un sentido místico o religioso, sino en el sentido de un resultado, una meta o una dirección.

Gestión del significado

Para hacer que los sueños sean aparentes a los demás y para alinear a la gente en di­rec­ción de los sueños, los líderes deben comu­nicar su visión. La comunicación y el alinea­miento trabajan juntos. Considere por ejemplo los estilos contras­tantes de los presidentes Reagan y Carter. A Ronald Reagan se le conoce como “el gran comunicador”; uno de sus redactores de dis­cur­sos dijo que Reagan podría leer el di­rectorio telefónico y hacerlo interesante. La razón es que Reagan usa metáforas con las cua­les la gente se identifica.
Durante la presentación de su primer pre­supuesto, por ejemplo, Reagan describió un tri­llón de dólares comparándolos a una pila de dólares junto al edificio Empire State. Reagan, usando uno de los términos acuñados por Alexander Haig, “tangibilizó” la idea. Los lí­de­res hacen que las ideas sean tangibles y rea­les para los demás. No importa qué tan ma­ravillosa es la visión, el líder efectivo debe usar una metáfora, una palabra o un modelo para hacer que la visión sea clara para los otros.

En contraste, el presidente Carter era abu­rrido. Carter fue uno de nuestros presidentes mejor informados y más cultos: tenía a su dis­posición más información que ningún otro presidente. Pero nunca lograba que el sig­nificado se evidenciara a partir de la infor­mación.

Entrevisté a una asistente del secretario de comercio designado por Carter, quien me dijo que después de cuatro años trabajando en su administración, aún no sabía lo que buscaba Jimmy Carter. Dijo que trabajar para él era como estar viendo el lado equivocado del tapete: el dibujo era brumoso y desdibujado.

El trabajo de líder no es tan sólo el expli­car o clarificar sino la creación de significado. Mi chiste preferido de béisbol es ejempli­ficante: en la novena entrada de un juego clave del play-off, con un conteo de 3 bolas y 2 strikes, el umpire duda medio segundo en cantarla. El bateador se vuelve furioso y dice, “¿qué fue?” y el umpire le contesta “¡nada, hasta que yo la cante!”.

Entre más dispersa y compleja la orga­ni­za­ción, más crítica resulta esta habilidad. Los líderes efectivos pueden comunicar ideas a tra­vés de muchos niveles organizacionales, a permeando grandes distancias, aún en medio de las señales distorsionadas de oponentes y grupos con in­tereses espe­ciales.

Cuando fuí rector universitario, un grupo de administradores y yo fraguabamos lo que creíamos era una gran idea. Luego hacíamos lo correcto: delegábamos, delegábamos y de­legábamos. Pero cuando el producto o la política finalmente aparecía, se parecía muy poco a nuestra idea original.
El proceso se repetía tan frecuentemente que lo bautizé: el efecto Pinocho. (estoy seguro que Gepeto no tenía la menor idea de cómo luciría Pinocho al terminar de construirlo). El efecto Pinocho no dejaba de sorprendernos. Debido a una inadecuada comunicación, los resultados rara vez semejan nuestras expectativas.

Leemos y oímos tanto acerca de la comunicación que tendemos a despreciar la importancia del significado. De hecho, entre más bombardeada se encuentra una sociedad u organización, entre más inundada de hechos e imágenes, mayor es su ansia de sentido. Los líderes deben integrar hechos, conceptos y anécdotas en significados para la gente. No todos los líderes de mi grupo son maestros de la palabra. Logran que la gente entienda y apoye sus metas de diversas maneras.

La habilidad para gestionar la atención y el significado proviene de la persona total. No es suficiente usar la palabra de moda o una técnica graciosa o contratar a una persona de relaciones públicas para escribir discursos.

Considere a Frank Dale, publicista del periódico vespertino de Los Angeles The Herald Examiner. El encargo de Dale era ganar terreno sobre la participación de mercado de su competidor matutino The L.A. Times. Cuando llegó al periódico hace unos años, diseñó una campaña de posters representando al Herald Examiner atrás y ligeramente arriba del Times. Toda la campaña se basó en ese poderoso mensaje de cómo el Herald Examiner alcanzaría al Times.

Al entrevistar a Dale en su oficina, cuando se sentó tras su escritorio abrochándose un cinturón de seguridad de avión no pude evitar una sonrisa. Hizo esto para recordarme a mí y a todos el riesgo al que el periódico se enfrentaba. Su persona total contribuía al mensaje.
Nadie es más cínico que un reportero de periódico. Usted puede imaginar las reac­ciones viajando a través de los pasillos del edificio del Herald Examiner. Al mismo tiempo nadie olvidaría el mensaje que Frank Dale trataba de comunicar. Y esto es la ges­tión del significado.

Gestión de la confianza

La confianza es esencial para toda orga­nización. El determinate principal de la con­fianza es la confiabilidad, lo que yo llamo constancia. Cuando hablé con el staff o los miembros del consejo de estos líderes, oí algunas afirmaciones una y otra vez: “ella es de una pieza”, “estés de acuerdo o no, siempre sabes lo que quiere o lo que cree”.

Cuando Juan Paulo II visitó este país dio una conferencia de prensa. Un reportero le preguntó como es que el Papa podía destinar recursos para construir una alberca en el palacio papal de verano. Rápidamente res­pondió: “me gusta nadar. Siguiente pregun­ta”. No se justificó con razones médicas o defendió que los fondos fueron producto de un donativo especial.

Un estudio reciente demostró que la gente prefiere seguir a individuos con los cuales se puede contar, aunque no estén de acuerdo con su punto de vista, a seguir a individuos con quienes se está de acuerdo pero que cambian de opinión frecuentemente. Nada de lo que diga será suficiente para enfatizar la importancia de la constancia y el enfoque.

La reelección de Margaret Thatcher en Gran Bretaña es otro ejemplo excelente. Cuando llegó al poder en 1979, los observadores pronosticaron que inmedia­tamente adoptaría políticas caducas del Par­tido Laboral. No lo hizo. De hecho, no hace tiempo apareció un artículo en el London Times intitulado (parodiando a la obra de Christopher Fry) “La dama no vino para volver”. Ella no ha virado, ha sido constante y enfocada y permanecido de una sola pieza.


Auto Gestión

La cuarta habilidad es la gestión de sí mismo, el conocimiento de las propias ha­bilidades y su uso efectivo. La dirección de sí mismo es crítica; sin ella los líderes y direc­tivos pueden hacer más daño que bien. Al igual que los doctores incompetentes, los directivos incompetentes pueden empeorar la vida, enfermar a la gente y volverla menos vital. (A propósito, el término iatrogenia se refiere a enfermedades causadas por los doctores y los hospitales). Algunos directivos se causan a sí mismos ataques cardiacos y crisis ner­viosas; peor aún, muchos son “por­tadores” que contagian a sus empleados.

Los líderes se conocen a sí mismos; cono­cen sus fortalezas y las cultivan. También po­se­en una virtud a la que llamo el Factor Wallenda.
Los Voladores Wallenda fueron tal vez la más grande familia de trapecistas y equi­libristas. Quedé fascinado a principios de los 70 cuando el viejo Karl Wallenda, de 71 años, di­jo que para él la vida era como caminar sobre la cuerda, y todo lo demás era esperar. Me impactó su capacidad concentración en la intención, la tarea y la decisión.

Me quede aún más intrigado cuando varios meses después, cayó y murió cuando cami­naba sobre la cuerda entre dos altos edificios de San Juan. Sin red de seguridad, Wallenda cayó asido a la barra de equilibrio como él siempre lo advirtió a su familia, ya que al soltarla podría herir a alguien de entre el público.

Más tarde, la esposa de Wallenda dijo que antes de la caída, por primera vez desde que lo conocía, su esposo se concentró en caer más que en caminar sobre la cuerda. El per­sonalmente fue a supervisar los amarres de las guías de las cuerdas, lo cual nunca antes había hecho.
Como Wallenda antes de su caída, los líderes de mi grupo parecían ignorar el concepto de fracaso. Lo que usted o yo podríamos llamar fracaso para ellos era una falla. Empecé a recolectar sinónimos para la palabra fracaso en las entrevistas, y encontré más de 20: equivocación, yerro, engaño, error, fallo, caída, desplome, pérdida ... pero nunca fracaso.

Un jefe de consejo me dijo que si acaso ella tenía algún don para el liderazgo este sería la capacidad de cometer el mayor número de errores lo más pronto posible y luego liberarse de todos ellos para siempre. Otro me dijo que un error es tan solo “otra forma de hacer las cosas”. Estos líderes aprenden de y utilizan las cosas que no salen bien, las que no se convierten en fracaso sino tan sólo en el si­guien­te peldaño.

Cuando le pedí a Harold Williams, pre­si­dente de la Fundación Getty, decirme la ex­periencia que más lo formó como líder, me dijo que fue el haber sido rebasado por alguien para la presidencia de Norton Simon. Cuando sucedió se enfureció y pidió razones, las cuales le parecieron por lo menos idiotas. Fi­nalmente, un amigo le dijo que algunas de las razones eran válidas y que él debía de cam­biar. Lo hizo, y año y medio después llegó a ser presidente.

O considere el caso del entrenador Ray Meyer de la Universidad de DePaul, cuyo equipo sucumbió en casa después de haber ganado 29 juegos seguidos en casa. Le llamé para preguntarle cómo se sentía. Me dijo: “Muy bien. Ahora nos podremos concentrar en ganar y no en no perder”.

Considere al productor de Broadway Harold Prince, quien convoca a una con­fe­rencia de prensa la mañana siguiente al es­treno, antes de leer las críticas, para anunciar la siguiente obra. O Susan B. Anthony quien dijo: ”el fracaso es imposible”. O Fletcher Byrum, quien a los 22 años en la presidencia de Coopers fue cuestionado acerca de su más difícil decisión. Contestó que él no sabía lo que era un decisión difícil, que él nunca se preocupaba, que él aceptaba la posibilidad de equivocarse. Byrum señaló que preocuparse era un obstáculo para pensar claramente.

El Factor Wallenda es un enfoque de vida: va más allá del liderazgo y el poder en las organizaciones. Todos estos líderes lo tienen.


Potencialización (empowerment): el efecto del liderazgo

  • El liderazgo puede ser sentido a través de la organización. Da paz y energía al tra­bajo y potencializa a la fuerza laboral. La poten­cialización es el efecto colectivo del lide­raz­go. En las organizaciones con lide­razgo efectivo, la potencialización es más evidente en cuatro áreas:
  • La gente se siente significativa. Cada uno siente que su contribución marca una dife­rencia para el éxito de la or­ga­nización. La diferencia puede ser pe­que­ña ¾ enviar con prontitud un pe­dido de papas fritas a una tienda o di­se­ñar una par­te pequeña pero esencial de un aero­plano. Pero donde hay per­sonas poten­cializadas, sentirán que lo que hacen tie­ne sentido e importancia.
  • El aprendizaje y la capacidad son im­portantes. Los líderes valoran el apren­dizaje y la maestría, y lo mismo hace la gen­te que trabaja para ellos. Los líderes enfa­tizan que no existe el fracaso y que sólo los errores nos dan retroalimentación y nos di­cen cuál es el siguiente paso.
  • La gente es parte de una comunidad. Donde hay liderazgo hay un equipo, una familia, una unidad. Aún personas que no sim­patizan del todo entre ellas sienten el sen­tido de comunidad. Cuando Neil Armstrong habla acerca de las explo­raciones Apolo, describe có­mo cada equi­po realizaba un con­junto inima­ginable­mente com­plejo de tareas interde­pen­dientes. Has­ta antes de que hubiese muje­res astro­nautas los hombres se referían a dicho sen­ti­mien­to como la hermandad (brother­hood). Yo sugiero renom­brarlo “fa­mi­lia”.
  • El trabajo es apasionante. Donde hay líderes el trabajo es estimulante, retador, fascinante y divertido. Un in­grediente esen­cial del liderazgo or­ga­ni­­za­­cio­nal es el jalar, en vez del em­pu­jar, a la gente hacia la meta. Un estilo de influencia de “jalar” atrae y ener­giza a la gente a enlistarse en una vi­sión apasionante del futuro. Motiva a través de la identificación, en vez de me­diante el uso de recompensas y cas­tigos. Los líderes articulan e in­cor­po­ran los ideales por los que la organi­za­ción lucha.

No podemos esperar que la gente se enliste a cualquier visión excitante. Al­gunas visiones y conceptos tienen mayor posi­bilidades de per­manecer y están más fir­memente enrai­za­das en nuestras nece­sidades humanas que otras. Yo creo que la carencia de dos de tales conceptos en la vida organizacional moderna es la res­ponsable mayor de la alienación y la falta de significado que muchos experimentan en su trabajo.

Uno de ellos es el concepto de calidad. La sociedad industrial moderna ha estado más orientada a la cantidad, a la provisión de más bienes y servicios para todo mun­do. La cantidad se mide con dinero; so­mos una sociedad orientada al dinero. La calidad a menudo no es medida, pero es apreciada intuitivamente. Nuestra res­pues­ta ante la calidad es un sentimiento. Los sentimientos de calidad están conec­tados íntimamente con nuestra expe­riencia de sentido, belleza y valor en nues­tras vidas.

En relación cercana con el concepto de calidad se encuentra la dedicación, más aún, amor por nuestro trabajo. La dedi­cación es evocada por la calidad y es la fuerza que energizar los sistemas de alto rendimiento. Cuando amamos nues­tro tra­bajo, no nece­sitamos ser manejados por expectativas de recibir recompensas o por miedos de cas­ti­gos. Podemos crear sistemas que faci­liten nues­tro trabajo en vez de preocuparnos por vigilar y con­trolar a gente que busca sa­bo­tear o hacer explotar el sistema.

Y eso es en lo que más debiera inte­resarse la profesión de los recursos hu­manos.

Inteligencia emocional y autismo


Estas son algunas reportes de trabajos de Inteligencia Emocional con niños autistas. Hay mucho escrito en la red. Consulta por favor http://www.google.com/


Liderazgo transformacional / Peter Senge


Disciplinas de la Organización Inteligente

Las organizaciones inteligentes buscan que la gente que forma parte de ellas, tenga entrenamiento en estas disciplinas:

Dominio Personal: la gente con alto dominio personal alcanza las metas que se propone.

Modelos Mentales: supuestos hondamente arraigados, generalizaciones, imágenes que influyen en nuestro modo de percibir el mundo. La disciplina de trabajar sobre modelos mentales implica volver el espejo hacia dentro y exhumar las oscuras imágenes internas, y dejar nuestro interior tan claro que pueda percibirse en la profundidad de nuestras miradas. Trabajar con modelos mentales implica llegar al nivel en el cual la persona que está incorporando nuevos modelos a su vida pueda mantener conversaciones de apertura, equilibrando la indagación.
Donde la gente manifiesta sus pensamientos, para exponerlos a la influencia de otros, porque ha llegado al momento en el cual mediante un comportamiento maduro, podemos tomar los comentarios de los demás para ampliar nuestro modelo, representación del mundo.

Construcción de una visión compartida.

Aprendizaje en equipo: generar el contexto y desarrollo de aptitudes de trabajo en equipo, logrando el desarrollo de una figura más amplia, superadora de la perspectiva individual.

La quinta disciplina - pensamiento sistémico: en las organizaciones, esta presente el paradigma de personas interrelacionadas, como eslabones de una misma cadena, superando las barreras entre las diferentes gerencias o formando equipos interdisciplinarios. El pensamiento sistémico se transforma en la disciplina que integra a las demás, fusionándolas en un cuerpo coherente de teoría y práctica.

Es necesaria la comprensión de la perspectiva sistémica, y mediante esta ser motivados a examinar como se interrelacionan las diferentes disciplinas. Al enfatizar cada una de ellas, el pensamiento sistémico nos recuerda constantemente el principio de sinergia en el cual los resultados del trabajo en equipo son mejores al de las partes.



Liderazgo transformacional / Stephen Covey


Stephen Covey reside con su esposa Sandra, y su familia en Provo, Utah, que es en donde se encuentra La Universidad Brigham Young University que es precisamente donde el Dr. Covey enseñó antes de la publicación de su prestigioso libro. Stephen Covey además es padre y abuelo, tiene nueve hijos y cuenta con cuarenta y siete nietos; recibió el premio de Paternidad del «National Fatherhood Initiative», (iniciativa nacional de paternidad) en el año 2003.

Covey es el fundador de lo que anteriormente se denominaba «Covey Leadership Center», (Centro Covey de liderazgo) en Salt Lake City, Utah, institución que fue luego adquirida por la compañía FranklinQuest, el 30 de mayo de 1997convirtiéndose en «Franklin Covey Company», una compañía que ofrece sus servicios profesionales a nivel mundial y cuya especialidad consiste en vender cursos y seminarios de formación para la gestión de negocio, herramientas para aumentar la productividad, así como también la Gestión del Tiempo, tanto para individuos como para organizaciones.

Carrera Académica

Stephen Covey posee una licenciatura en Administración de Empresas, que le fue otorgada por la Universidad de Utah (en Salt Lake City), una maestría en Administración de Empresas, obtenida de la Universidad de Harvard y un doctorado en historia y doctrina de la iglesia mormona, otorgado por la Universidad Brigham Young. Prácticamente ha dedicado gran parte de su vida a la enseñanza y practica de los preceptos que detalla en sus libros, de como vivir y liderar organizaciones y familias basándose (centrándose) en principios los cuales él sostiene, son universales y como tales son principios aceptados por las grandes religiones y sistemas éticos del mundo.

Bibliografía
  • The Seven Habits of Highly Effective People, Los siete hábitos de las personas altamente efectivas que se publicó por primera vez en 1989.
  • First Things First, Primero lo primero
  • Principle-Centered Leadership, Liderazgo centrado en principios.
  • The Seven Habits of Highly Effective Families (Los siete principios de las familias muy efectivas). The 8th Habit (El 8vo hábito 2004.
  • Dayly reflections for highly effective people (Meditaciones diarias para las personas altamente efectivas), 1994.

First things first everyday (Primero lo primero, reflexiones diarias), 1997.





http://granalianza.jalisco.gob.mx/files_ga/Resumen%20de%20los%207%20h%C3%A1bitos.pdf

http://www.12manage.com/methods_covey_seven_habits_es.html

http://ventadirecta.wordpress.com/2007/05/26/stephen-r-covey-y-sus-7-habitos-de-la-gente-altamente-efectiva/

Liderazgo transformacional / Warren Bennis


Warren Gameliel Bennis (Nueva York, 1925) es conocido como un líder entre los líderes. En su larga carrera, ha sido asesor de cuatro presidentes de Estados Unidos (Kennedy, Johnson, Carter y Reagan), ha escrito más de veinte libros sobre liderazgo y ha recorrido el planeta dictando conferencias. Y es la única persona viva que ha trabajado con los dos mayores gurús del management en la historia: Peter Drucker y Tom Peters. Su gran mérito, según él mismo, es sencillo: “Practico lo que digo”.

Algunos de sus temas más relevantes:

Aprende a liderar líderes

Lo que los líderes deben aprender es cómo desarrollar una arquitectura social que anime a las personas increíblemente brillantes, la mayoría con egos enormes, para que trabajen juntos con éxito y desplieguen su propia creatividad.

El reto para los líderes del siglo XXI será diferente al que se enfrentaron los del siglo XX. Para éstos se trataba de un mundo más lineal, en el cual las organizaciones eran jerárquicas y burocráticas. Básicamente se trataba de: controlar, ordenar y predecir. Sistema perfecto en entornos estables.

El reto de los lideres del siglo XXI consistirá en saber cómo liberar la fuerza intelectual de sus organizaciones para hacer frente a los cambios y transformaciones que deberán adoptar las empresas para adaptarse al nuevo entorno de trabajo.

Liderazgo compartido

El liderazgo compartido, en el nivel más alto, significa repartir las responsabilidades del CEO entre dos o más personas. Significa entregar verdadero poder a individuos de todos los niveles y darles una oportunidad de tomar la conducción del negocio.

Es común a la hora de descentralizar las estructuras de una organización, para que sea más horizontal y es considerada por algunos expertos como una manera de promover la agilidad, proactividad y la autonomía.

En consecuencia, las expectativas para liderar de cualquier empleado en una Compañía que ha adoptado el modelo de liderazgo compartido se incrementan significativamente.Para muchos CEOs, su principal tarea es desarrollar otros líderes y ayudar activamente a todos a alcanzar su propio potencial como líderes. Así los líderes del futuro pasarán naturalmente de puestos normales hacia redes de liderazgo compartido, lo que podrá modificar los cimientos fundacionales de una organización.

Recrear las empresas

La velocidad de los cambios llevarán a los líderes, en todos y cada uno de los niveles de la organización, a la obligación de reinventarse a sí mismos continuamente.

Reinventar las organizaciones no equivale a disminuir el tamaño, sino a desplegar la creatividad y el trabajo para crear una nueva empresa. El dilema, entonces, es cómo motivar a los trabajadores para que continuamente se muevan y cambien de trabajo para que, en vez de verse obligados a reducir la organización, podamos empezar a reinventarla y crear nuevas posibilidades.

Los líderes de mañana tendrán que aprender a crear un entorno que acoja el cambio, no como una amenaza sino como una oportunidad.

Las mujeres en las organizaciones

La ventaja competitiva industrial en Estados Unidos será el liderazgo de las mujeres y el despliegue completo de su talento en el mundo laboral. Para que esto paso, debemos olvidar el mito que dice que la única manera de que las mujeres tengan éxito es actuando como hombres.
Lo que tiene que cambiar no son los rasgos del carácter de las mujeres, sino las culturas corporativas, porque la mayoría han estado desempeñando papeles machistas durante demasiado tiempo.

Los atributos de un líder

El buen liderazgo, claramente, no depende del tipo de persona, de su sexo o sus características personales y de trabajo (suave-duro, enérgico-sensible ).

La lista de atributos empieza por una visión sobre su trabajo: necesitan tener un propósito muy definido. El líder debe estar capacitado para ver más allá del día a día y de las necesidades de sus políticas, prácticas y procedimientos, para llegar a una visión globalizadora y convincente. Desde ahí se construirá el futuro.

Por ello, el segundo gran atributo necesario en todo buen líder es la capacidad de articular con claridad y visión ese objetivo futuro. ¿Cómo hacerlo? Con una comunicación sencilla, convincente y motivadora. La ejecución, además, se debe llevar a la práctica día a día y en un ambiente de confianza.

Otras cualidades clave:
Sinceridad. Debes mostrar interés real por los problemas y preocupaciones del otro. Si no lo haces, tarde o temprano no tendrás equipo.
  • Liderar con acciones. Además, es una manera de aprender. El líder debe tener la suficiente confianza en sí mismo para arriesgarse en cualquier tipo de intento. Es una “predisposición a la acción”.
  • Reflexión. No es válido actuar por actuar. Es vital reflexionar sobre el desarrollo de una acción y, finalmente, es necesario aprender de ella (retroalimentación).
  • Buen uso de la tecnología. Deben sentirse cómodos con la tecnología avanzada y aprovecharla como vehículo de comunicación y fuente de nuevos negocios.

  • Cómo convertirse en líder

    En su libro “On Becoming a Leader” (Convertirse en líder), Bennis resume su visión sobre el liderazgo y cómo recorrer el camino para llegar a ejecutarlo con maestría:
    • Conocerse profundamente se logra escuchando tu voz interior, aceptando cómo eres, intentando aprender y reflexionando sobre las experiencias vividas.
    • Conocer el entorno tan bien como a ti mismo. Esto se logra a partir de tus experiencias, viajes, educación continua y relaciones con mentores y diversos grupos.
    • Aprender a trabajar con el cambio. El cambio es la única constante en la vida.
    • Aprender a trabajar en un contexto en constante evolución y adaptación es fundamental.
    • Ganarse la confianza de tus seguidores. Los líderes son tan exitosos como sus subordinados. En consecuencia, es necesario demostrar constancia en tus propósitos, ser confiable y transmitir integridad.

    En sus textos, el investigador propone un nuevo enfoque del liderazgo basado en el "carisma". Para ello, determinó que los líderes tiene en común lo siguiente:

    • Persiguen un sueño o propósito claro.
    • Lo comunican en forma clara a los demás logrando que los seguidores se identifiquen y comprometan con él.
    • Son consistentes, persistentes y coherentes con ese sueño.
    • Son conscientes de sus fortalezas, están conformes con ellas y saben aprovecharlas.

    Carrera.

    • A los 42 años renunció a una posición académica en el Massachussets Institute of Technology (MIT) para asumir como vice-presidente ejecutivo de la State University of New York, en Buffalo, y después pasar siete años como presidente de la Universidad de Cincinnati. Esta experiencia le enseñó muchas cosas importantes sobre el liderazgo que cuajó en sus publicaciones.
    • Es profesor distinguido en Administración de Negocios y presidente fundador del Leadership Institute (Instituto de Liderazgo) en la Escuela de Negocios Marshall de la Universidad del Sur de California.
    • Es también investigador distinguido en Thomas S. Murphy y académico invitado en el Center for Public Leadership (Centro para el Liderazgo Público) de la Escuela de Negocios de Harvard.

    Algunas frases célebres

    • “Liderazgo es la capacidad de transformar la visión en realidad”.
    • “La manera de atraer y motivar a las personas determina el éxito del líder”.
    • “El carácter es vital en un líder: es la base de todo lo demás”.
    • “Los líderes se distinguen de los demás por su constante apetito de conocimientos y experiencias, y, a medida que su mundo se amplía y se vuelve más complejo, sus medios de comprensión también se multiplican y se refinan”.
    • “Cualquier persona, de cualquier edad y en cualesquiera circunstancias, puede transformarse a sí misma, si quiere. Convertirse en el tipo de persona que es un líder, es el acto supremo de la voluntad libre, y si usted tiene la voluntad, encontrará el camino”.
    • “La fábrica del futuro tendrá dos empleados: un hombre y un perro. La tarea del hombre será alimentar al perro. La tarea del perro será asegurar que el hombre no toque nada del equipamiento automático”.

    Libros y publicaciones

    • Beyond Bureaucracy: Essays on the Development and Evolution of Human Organization.
    • Beyond Counterfeit Leadership: How You Can Become a More Authentic Leader.
    • Beyond Leadership: Balancing Economics, Ethics and Ecology.
    • Co-Leaders: The Power of Great Partnerships.
    • Geeks & Geezers : How Era, Values, and Defining Moments Shape Leaders.
    • Leaders: Strategies for Taking Charge.
    • Managing People Is Like Herding Cats: Warren Bennis on Leadership.
    • Managing the Dream: Reflections on Leadership and Change.
    • On Becoming a Leader.
    • Organizing Genius: The Secrets of Creative Collaboration.
    • Reinventing Leadership: Strategies to Empower the Organization.
    • The Leaning Ivory Tower.
    • The Planning of Change.
    • The Unreality Industry: The Deliberate Manufacturing of Falsehood and What It Is Doing to Our Lives.
    • Visionary Leadership: Creating a Compelling Sense of Direction for Your Organization.
    • Why Leaders Can't Lead: The Unconscious Conspiracy Continues.

    http://www.voypormas.com/Lideres/Warren-Bennis-El-guru-de-la-motivacion.html


    domingo, 17 de mayo de 2009

    Inteligencia emocional / Madre Teresa


    La Espada y el espíritu
    Por Carlos Castillo Peraza

    “A la larga el espíritu termina siempre por vencer a la espada”. La frase es de un especialista en combates, Napoleón, y no falta quien asegure que, al pronunciarla, el tono del genio de la guerra fue claramente nostálgico, tal vez porque finalmente comprendió la impotencia y la derrota finales de la fuerza, más allá de oropeles, cañones, batallas, sables, condecoraciones y desfiles. Al fin y al cabo, el gran corso comprendía lo que un siglo más tarde explicaría Christopher Dawson: que los acontecimientos que han transformado al mundo y cambiado radicalmente el rumbo de la historia humana “tuvieron lugar bajo la superficie de la historia y pasaron inadvertidos”, seguramente porque fueron obra de “hombres insignificantes y desconocidos cuyas palabras y cuyos actos resultaron incomprensibles para la cultura de la época”.

    Las reflexiones precedentes vienen al caso después de la lectura de una deslumbrante entrevista concedida por la Madre Teresa de Calcuta al semanario italiano “Il Sabato”. La inquebrantable fragilidad de la religiosa desarmó con su sencillez al reportero, al responder a las preguntas de éste acerca de la paz y de ese mal que ahora llena las páginas de los periódicos, agita las aguas de los congresos médicos y hace correr tinta y reactivos en los laboratorios: el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, conocido como Sida.

    En relación con la paz, la religiosa de origen albanés bordó este poema:
    “El hombre necesita silencio
    El fruto del silencio es la oración.
    El fruto de la oración es la fe.
    El fruto de la fe es el amor.
    El fruto del amor es el servicio
    y el fruto del servicio es la paz.
    La paz proviene de quien siembra el amor
    transformándolo en acción”.

    Desde el testimonio de quien ha dedicado su vida a acompañar a morir a los miserables entre los miserables, este silogismo, incomprensible para los profesionales de la diplomacia y los especialistas en violación de pactos -¿no serán los mismos?- podría parecer absolutamente ajeno a las leyes del razonamiento lógico y completamente ayuno de realismo político.

    Y, sin embargo, algo en el interior de la conciencia nos dice que el razonamiento de la Madre Teresa es impecable. Que las palabras de paz que fluyen desde las tribunas –enanas o elevadas- de un mundo sometido a la razón del más fuerte y a la astucia del más pícaro carecen del arraigo y de la veracidad que tienen las frases de la religiosa. Que el ruido aturdidor de los discursos debe parar y que una cura de silencio sería más provechosa que tantas falsas terapias estrepitosas. Que no puede ser cierto el discurso de la paz cimentado en arsenales y polvorines, en mentiras tácticas y en diálogos falsos, pacifismos mañosos y maquiavelismo.

    A la larga ¿generará más paz la acción de Contadora o la reunión de Esquipulas que el callado amor trasformado en obras de un puñado de hombres y mujeres que arriesgan la vida, sin más propósito que el de vivir la fe que profesan? ¿Quiénes son, en definitiva, los señores de la historia? ¿Los “estadistas afortunados” y los “revolucionarios triunfadores” o los “hombres espirituales a los que el mundo no conoce, agentes invisibles de la acción creadora del espíritu”? ¿Donde es más hombre el hombre? ¿En los fastuosos pasillos y salones de las conferencias de paz o en los humildes “morideros” de Calcuta?

    En cuanto al Sida, la Madre Teresa dijo al periodista que la entrevistara en Roma: “Es consecuencia del desajuste moral y un llamado de Dios al hombre para que éste cambie de camino, sí, pero también nos ayuda –porque es algo que nos puede suceder a todos- a perdonar más ampliamente. Por medio de este mal –que ocasiona sufrimientos terribles- Dios nos muestra que necesitamos pureza de corazón y vivir de acuerdo con el diseño con que fuimos creados… Aunque la enfermedad es espantosa, su misma dimensión nos habla de la misericordia de Dios y de su perdón. Yo he visto cambiar radicalmente la vida de hombres que, después de dedicarse completamente al pecado, mueren compartiendo con Jesús sus horribles dolores…”

    Una vez más, una mujer pone al mundo ante la única forma de hacer frente al sufrimiento en el mundo. Por una parte, es preciso hacer todo lo que esté al propio alcance –social, económica, política, apostólicamente- para hacer bien a los que sufren. Este es el aspecto visible de lo que la enseñanza cristiana ha llamado desde los tiempos de sus orígenes las “obras de misericordia corporales”: dar de comer al hambriento, de beber al sediento, posada al peregrino, vestido al desnudo, compañía al enfermo y al preso, sepultura a los muertos…. Es el ámbito del amor que se hace acción, a veces sencilla y en ocasiones heroica.

    Pero no terminan ahí las posibilidades ni los deberes de quienes compartimos el credo de Teresa de Calcuta. La raíz de la paz es doble: el hacer bien al que sufre debe completarse- como lo ha escrito luminosamente el Papa Juan Pablo II- con otro hacer más hondo y radical: “hacer el bien con el sufrimiento, es decir, vincularlo al dolor que redime, darle sentido como “materia prima de salvación”, según la feliz expresión de Michel Quoist. El señorío del espíritu sobre la espada no se logra sólo con la acción caritativa. Hay que ir más allá, a la dimensión sacerdotal del bautismo que, en un pequeño libro recientemente editado, explica el R.P. Ricardo Zimbrón Levy.

    Y esto puede ser aún más incomprensible, pero incomparablemente más fecundo.

    Publicado en "El Diario de Yucatán" el 22 de julio de 1987.





    http://www.youtube.com/watch?v=iDp1tY7U8_M

    http://www.youtube.com/watch?v=CJGlveZ5h7w

    http://www.youtube.com/watch?v=C5vfAKg6GJI

    sábado, 16 de mayo de 2009

    Inteligencia espacial / Luis Barragán I


    A continuación aparece el discurso de aceptación del Premio Pritzker 1980, otorgado al arquitecto mexicano Luis Barragán (1902-1988)
    _________________________________________________

    En proporción alarmante han desaparecido en las publicaciones dedicadas a la arquitectura las palabras belleza, inspiración, embrujo, magia, sortilegio, encantamiento y también las de serenidad, silencio, intimidad y asombro. Todas ellas han encontrado amorosa acogida en mi alma, y si estoy lejos de pretenderles haberles hecho plena justicia en mi obra, no por eso han dejado de ser mi faro.

    Religión y mito

    ¿Cómo comprender el arte y la gloria de su historia sin la espiritualidad religiosa y sin el trasfondo mítico que nos lleva hasta las raíces mismas del fenómeno artístico? Sin lo uno y lo otro no habría pirámides de Egipto y las nuestras mexicanas; no habría templos griegos ni catedrales góticas ni los asombros que nos dejó el renacimiento y la edad barroca; no las danzas rituales de los mal llamados pueblos primitivos ni el inagotable tesoro artístico de la sensibilidad popular de todas las naciones de la Tierra. Sin el afán de Dios, nuestro planeta sería un yermo de fealdad. "En el arte de todos los tiempos y de todos los pueblos impera la lógica irracional del mito", me dijo un día mi amigo Edmundo O'Gorman y con o sin su permiso me he apropiado sus palabras.

    Belleza

    La invencible dificultad que siempre han tenido los filósofos en definir la belleza es muestra inequívoca de su inefable misterio. La belleza habla como un oráculo, y el hombre, desde siempre, le ha rendido culto, ya en el tatuaje, ya en la humilde herramienta, ya en los egregios templos y palacios, ya, en fin, hasta en los productos industriales de la más avanzada tecnología contemporánea. La vida privada de belleza no merece llamarse humana.

    Silencio

    En mis jardines, en mis casas siempre he procurado que prive el plácido murmullo del silencio, y en mis fuentes canta el silencio.

    Soledad

    Sólo en íntima comunión con la soledad puede el hombre hallarse a sí mismo. Es buena compañera, y mi arquitectura no es para quien la tema y la rehuya.

    Serenidad

    Es el gran y verdadero antídoto contra la angustia y el temor, y hoy, la habitación del hombre debe propiciarla. En mis proyectos y en mis obras no ha sido otro mi constante afán, pero hay que cuidar que no la ahuyente una indiscriminada paleta de colores. Al arquitecto le toca anunciar en su obra el evangelio de la serenidad.

    Alegría

    ¡Cómo olvidarla! Pienso que una obra alcanza la perfección cuando no excluye la emoción de la alegría, alegría silenciosa y serena disfrutada en soledad.

    La muerte

    La certeza de nuestra muerte es fuente de vida y en religiosidad implícita en la obra de arte triunfa la vida sobre la muerte.

    Jardines

    En el jardín el arquitecto invita a colaborar con el reino vegetal. Un jardín bello es presencia permanente de la naturaleza pero la naturaleza reducida a proporción humana y puesta la servicio del hombre, y es el más eficaz refugio contra la agresividad del mundo contemporáneo. "El alma de los jardines", decía Ferdinand Bac, "alberga la mayor suma de serenidad de que puede disponer el hombre". Y fue Bac quien despertó en mi el anhelo de la arquitectura de jardín. El decía: en este pequeño dominio (sus jardines de Les Colombiers) no he hecho otra cosa que unirme a la solidadridad milenaria a la que todos estamos sujetos, que no es sino la ambición de expresar con la materia un sentimiento común a muchos hombres en búsqueda de un vinculo con la naturaleza al crear un lugar de reposo, de placer apacible. Ya se ve que es condición de un jardín aunar lo poético y lo misterioso con la serenidad y la alegría. No hay mejor expresión de la vulgaridad que un jardín vulgar.

    En una vasta extensión de lava la sur de la ciudad de México me propuse, arrobado por la belleza de ese antiguo paisaje volcánico, realizar algunos jardines que humanizaran, sin destruir tan maravilloso espectáculo.

    Paseando entre las grietas de lava protegido por la sobra de imponentes murallas de roca viva, repentinamente descubrí, ¡O sorpresa encantadora!, pequeños secretos valles verdes rodeados y limitados por las más caprichosas, hermosas y fantásticas formaciones de piedra que había esculpido en la roca derretida el soplo de vendavales prehistóricos.

    Tan inesperado hallazgo de esos valles me produjo una sensación no desemejante a la que tuve cuando caminando por un estrecho y oscuro túnel de la Alambra, se me entregó sereno, callado y solitario, el hermoso patio de los mirtos de ese antiguo palacio. Contenía lo que debe contener un jardín bien logrado: nada menos que el universo entero.

    Jamás me ha abandonado tan memorable epifanía y no es casual que desde el primer jardín que realicé en 1941, todos lo que le han seguido pretenden con humildad recoger el eco de la inmensa lección de la sabiduría plástica de los moros de España.

    Luis Barragán



    http://www.barragan-foundation.com/

    Inteligencia Espacial / Luis Barragán II


    Fuentes

    Una fuente nos trae paz, alegría y apacible sensualidad alcanza la perfección de su razón de ser cuando por el hechizo de su embrujo, nos transporta, por decirlo así, fuera de este mundo. En la vigilia y en el sueño me ha acompañado a lo largo de mi vida el dulce recuerdo de fuentes maravillosas; las que marcaron para siempre mi niñez: los derramaderos de aguas sobrantes de las presas; los aljibes de las haciendas; los brocales de los pozos en los patios conventuales; las acequias por donde corre largamente el agua; los pequeños manantiales que reflejan las copas de los árboles milenarios, y los viejos acueductos que desde lejanos horizontes traen presurosos el agua a las haciendas con el estruendo de una catarata.

    Arquitectura

    Mi obra es autobiográfica , como tan certeramente lo señalo Emilio Ambas en el texto del libro que publicó sobre mi arquitectura en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. En mi trabajo subyacen los recuerdos del rancho de mi padre donde pasé años de niñez y adolescencia, y en mi obra siempre alienta intento de trasponer al mundo contemporáneo la magia de esas lejanas añoranzas tan colmadas de nostalgia.

    Han sido para mi motivo de permanente inspiración las lecciones que encierra la arquitectura popular de la provincia mexicana: sus paredes blanqueadas con cal; la tranquilidad de sus patios y huertas; el colorido de sus calles y el humilde señorío de sus plazas rodeadas de sombreados portales. Y como existe un profundo vínculo entre esas enseñanzas y las de los pueblos del norte de África y de Marruecos, también éstos han marcado con su sello mis trabajos.

    Católico soy, he visitado con reverencia y con frecuencia los monumentales conventos que heredamos de la cultura y religiosidad de nuestros abuelos, los hombres de la colonia y nunca ha dejado de conmoverme el sentimiento de bienestar y paz que se apodera de mi espíritu al recorrer aquellos hoy deshabitados claustros, celdas y solitarios patios. Cómo quisiera que se reconociera en algunas de mis obras la huella de esas experiencias, como traté de hacerlo en la capilla de las monjas capuchinas sacramentarias en Tlalpan, Ciudad de México.

    El arte de ver

    Es esencial al arquitecto saber ver; quiero decir ver de manera que no se sobreponga el análisis puramente racional. Y con este motivo rindo aquí un homenaje a un gran amigo que con su infalible buen gusto estético fue maestro en ese difícil arte de ver con inocencia. Aludo al pintor Jesús (Chucho) Reyes Ferreira a quien tanto me complace traer ahora la oportunidad de reconocerle públicamente la deuda que contraje con él por sus sabias enseñanzas. Y a este propósito no está fuera de lugar traer a la memoria unos versos de otro gran y querido amigo el poeta mexicano Carlos Pellicer: "Por la vista el bien y el mal nos llegan". Ojos que nada ven, almas que nada esperan.

    La nostalgia

    Es coincidencia del pasado, pero elevada a potencia poética, y como para el artista su personal pasado es la fuente de donde mana sus posibilidades creadoras, la nostalgia es el camino para que ese pasado rinda los frutos de que está preñando. El arquitecto no debe, pues, desoír el mandato de las revelaciones nostálgicas, porque sólo con ellas es verdaderamente capaz de llenar con belleza el vació que le queda a toda obra arquitectónica una vez que ha atendido las exigencias utilitarias del programa. De lo contrario la arquitectura no puede aspirar a seguir contando entre las bellas artes.

    Mi socio y amigo el joven arquitecto Raúl Ferrara y el pequeño equipo de nuestro taller comparten conmigo los conceptos que tan rudimentaria e insuficientemente he intentado presentar ante ustedes. Hemos trabajado y seguiremos trabajando animados por la fe en la verdadera estética de esa ideología y con la esperanza de que nuestra labor, dentro de sus muy modestos límites, coopere en la gran tarea de dignificar la vida humana por los senderos de la belleza y contribuya a levantar un dique contra el oleaje de deshumanización y vulgaridad.

    Luis Barragán
    Dumbarton Oak, USA, 3 de junio de 1980.
    ________________________________________________________

    Fotografía: Casa Giraldi

    La Casa Giraldi (1976) está considerada como el testamento arquitectónico de Luis Barragán. En ella destaca todo: el color, las texturas, la secuencia y disposición de los espacios, la luz del sol y sus reflejos en el agua, todo es notable. Entrar en la casa por el umbral oscuro es casi una sesión mística. Al atravesar la puerta, entramos en un pasillo iluminado de forma oblicua por una luz amarilla tamizada por una serie de perforaciones verticales en el muro. Los cristales están pintados al óleo. Al abrir la puerta del fondo, un rayo de sol se dibuja sobre el muro azul y se difracta al tocar la superficie de la alberca. Es una obra sencillamente genial.

    Inteligencia linguistica / La soledad de America Latina I


    Antonio Pigafetta, un navegante florentino que acompañó a Magallanes en el primer viaje alrededor del mundo, escribió a su paso por nuestra América meridional una crónica rigurosa que sin embargo parece una aventura de la imaginación. Contó que había visto cerdos con el ombligo en el lomo, y unos pájaros sin patas cuyas hembras empollaban en las espaldas del macho, y otros como alcatraces sin lengua cuyos picos parecían una cuchara. Contó que había visto un engendro animal con cabeza y orejas de mula, cuerpo de camello, patas de ciervo y relincho de caballo. Contó que al primer nativo que encontraron en la Patagonia le pusieron enfrente un espejo, y que aquel gigante enardecido perdió el uso de la razón por el pavor de su propia imagen.

    Este libro breve y fascinante, en el cual ya se vislumbran los gérmenes de nuestras novelas de hoy, no es ni mucho menos el testimonios más asombroso de nuestra realidad de aquellos tiempos. Los Cronistas de Indias nos legaron otros incontables. Eldorado, nuestro país ilusorio tan codiciado, figuró en mapas numerosos durante largos años, cambiando de lugar y de forma según la fantasía de los cartógrafos. En busca de la fuente de la Eterna Juventud, el mítico Alvar Núñez Cabeza de Vaca exploró durante ocho años el norte de México, en una expedición venática cuyos miembros se comieron unos a otros y sólo llegaron cinco de los 600 que la emprendieron. Uno de los tantos misterios que nunca fueron descifrados, es el de las once mil mulas cargadas con cien libras de oro cada una, que un día salieron del Cuzco para pagar el rescate de Atahualpa y nunca llegaron a su destino. Más tarde, durante la colonia, se vendían en Cartagena de Indias unas gallinas criadas en tierras de aluvión, en cuyas mollejas se encontraban piedrecitas de oro. Este delirio áureo de nuestros fundadores nos persiguió hasta hace poco tiempo. Apenas en el siglo pasado la misión alemana de estudiar la construcción de un ferrocarril interoceánico en el istmo de Panamá, concluyó que el proyecto era viable con la condición de que los rieles no se hicieran de hierro, que era un metal escaso en la región, sino que se hicieran de oro.

    La independencia del dominio español no nos puso a salvo de la demencia. El general Antonio López de Santana, que fue tres veces dictador de México, hizo enterrar con funerales magníficos la pierna derecha que había perdido en la llamada Guerra de los Pasteles. El general García Moreno gobernó al Ecuador durante 16 años como un monarca absoluto, y su cadáver fue velado con su uniforme de gala y su coraza de condecoraciones sentado en la silla presidencial. El general Maximiliano Hernández Martínez, el déspota teósofo de El Salvador que hizo exterminar en una matanza bárbara a 30 mil campesinos, había inventado un péndulo para averiguar si los alimentos estaban envenenados, e hizo cubrir con papel rojo el alumbrado público para combatir una epidemia de escarlatina. El monumento al general Francisco Morazán, erigido en la plaza mayor de Tegucigalpa, es en realidad una estatua del mariscal Ney comprada en París en un depósito de esculturas usadas.

    Hace once años, uno de los poetas insignes de nuestro tiempo, el chileno Pablo Neruda, iluminó este ámbito con su palabra. En las buenas conciencias de Europa, y a veces también en las malas, han irrumpido desde entonces con más ímpetus que nunca las noticias fantasmales de la América Latina, esa patria inmensa de hombres alucinados y mujeres históricas, cuya terquedad sin fin se confunde con la leyenda. No hemos tenido un instante de sosiego. Un presidente prometeico atrincherado en su palacio en llamas murió peleando solo contra todo un ejército, y dos desastres aéreos sospechosos y nunca esclarecidos segaron la vida de otro de corazón generoso, y la de un militar demócrata que había restaurado la dignidad de su pueblo. En este lapso ha habido 5 guerras y 17 golpes de estado, y surgió un dictador luciferino que en el nombre de Dios lleva a cabo el primer etnocidio de América Latina en nuestro tiempo. Mientras tanto 20 millones de niños latinoamericanos morían antes de cumplir dos años, que son más de cuantos han nacido en Europa occidental desde 1970. Los desaparecidos por motivos de la represión son casi los 120 mil, que es como si hoy no se supiera dónde están todos los habitantes de la ciudad de Upsala. Numerosas mujeres arrestadas encintas dieron a luz en cárceles argentinas, pero aún se ignora el paradero y la identidad de sus hijos, que fueron dados en adopción clandestina o internados en orfanatos por las autoridades militares. Por no querer que las cosas siguieran así han muerto cerca de 200 mil mujeres y hombres en todo el continente, y más de 100 mil perecieron en tres pequeños y voluntariosos países de la América Central, Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Si esto fuera en los Estados Unidos, la cifra proporcional sería de un millón 600 mil muertes violentas en cuatro años.

    De Chile, país de tradiciones hospitalarias, ha huido un millón de personas: el 10 por ciento de su población. El Uruguay, una nación minúscula de dos y medio millones de habitantes que se consideraba como el país más civilizado del continente, ha perdido en el destierro a uno de cada cinco ciudadanos. La guerra civil en El Salvador ha causado desde 1979 casi un refugiado cada 20 minutos. El país que se pudiera hacer con todos los exiliados y emigrados forzosos de América latina, tendría una población más numerosa que Noruega.

    Me atrevo a pensar que es esta realidad descomunal, y no sólo su expresión literaria, la que este año ha merecido la atención de la Academia Sueca de la Letras. Una realidad que no es la del papel, sino que vive con nosotros y determina cada instante de nuestras incontables muertes cotidianas, y que sustenta un manantial de creación insaciable, pleno de desdicha y de belleza, del cual éste colombiano errante y nostálgico no es más que una cifra más señalada por la suerte.

    Discurso de aceptación del Premio Nobel 1982

    Inteligencia Linguística / La soledad de Amèrica Latina II


    Poetas y mendigos, músicos y profetas, guerreros y malandrines, todas las criaturas de aquella realidad desaforada hemos tenido que pedirle muy poco a la imaginación, porque el desafío mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos convencionales para hacer creíble nuestra vida. Este es, amigos, el nudo de nuestra soledad.

    Pues si estas dificultades nos entorpecen a nosotros, que somos de su esencia, no es difícil entender que los talentos racionales de este lado del mundo, extasiados en la contemplación de sus propias culturas, se hayan quedado sin un método válido para interpretarnos. Es comprensible que insistan en medirnos con la misma vara con que se miden a sí mismos, sin recordar que los estragos de la vida no son iguales para todos, y que la búsqueda de la identidad propia es tan ardua y sangrienta para nosotros como lo fue para ellos. La interpretación de nuestra realidad con esquemas ajenos sólo contribuye a hacernos cada vez más desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios. Tal vez la Europa venerable sería más comprensiva si tratara de vernos en su propio pasado. Si recordara que Londres necesitó 300 años para construir su primera muralla y otros 300 para tener un obispo, que Roma se debatió en las tinieblas de incertidumbre durante 20 siglos antes de que un rey etrusco la implantara en la historia, y que aún en el siglo XVI los pacíficos suizos de hoy, que nos deleitan con sus quesos mansos y sus relojes impávidos, ensangrentaron a Europa con soldados de fortuna. Aún en el apogeo del Renacimiento, 12 mil lansquenetes a sueldo de los ejércitos imperiales saquearon y devastaron a Roma, y pasaron a cuchillo a ocho mil de sus habitantes.

    No pretendo encarnar las ilusiones de Tonio Kröger, cuyos sueños de unión entre un norte casto y un sur apasionado exaltaba Thomas Mann hace 53 años en este lugar. Pero creo que los europeos de espíritu clarificador, los que luchan también aquí por una patria grande más humana y más justa, podrían ayudarnos mejor si revisaran a fondo su manera de vernos. La solidaridad con nuestros sueños no nos haría sentir menos solos, mientras no se concrete con actos de respaldo legítimo a los pueblos que asuman la ilusión de tener una vida propia en el reparto del mundo.

    América Latina no quiere ni tiene por qué ser un alfil sin albedrío, ni tiene nada de quimérico que sus designios de independencia y originalidad se conviertan en una aspiración occidental. No obstante, los progresos de la navegación que han reducido tantas distancias entre nuestras Américas y Europa, parecen haber aumentado en cambio nuestra distancia cultural. ¿Por qué la originalidad que se nos admite sin reservas en la literatura se nos niega con toda clase de suspicacias en nuestras tentativas tan difíciles de cambio social? ¿Por qué pensar que la justicia social que los europeos de avanzada tratan de imponer en sus países no puede ser también un objetivo latinoamericano con métodos distintos en condiciones diferentes? No: la violencia y el dolor desmesurados de nuestra historia son el resultado de injusticias seculares y amarguras sin cuento, y no una confabulación urdida a 3 mil leguas de nuestra casa. Pero muchos dirigentes y pensadores europeos lo han creído, con el infantilismo de los abuelos que olvidaron las locuras fructíferas de su juventud, como si no fuera posible otro destino que vivir a merced de los dos grandes dueños del mundo. Este es, amigos, el tamaño de nuestra soledad.

    Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida. Ni los diluvios ni las pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte. Una ventaja que aumenta y se acelera: cada año hay 74 millones más de nacimientos que de defunciones, una cantidad de vivos nuevos como para aumentar siete veces cada año la población de Nueva York. La mayoría de ellos nacen en los países con menos recursos, y entre éstos, por supuesto, los de América Latina. En cambio, los países más prósperos han logrado acumular suficiente poder de destrucción como para aniquilar cien veces no sólo a todos los seres humanos que han existido hasta hoy, sino la totalidad de los seres vivos que han pasado por este planeta de infortunios.

    Un día como el de hoy, mi maestro William Faullkner dijo en este lugar: "Me niego a admitir el fin del hombre". No me sentiría digno de ocupar este sitio que fue suyo si no tuviera la conciencia plena de que por primera vez desde los orígenes de la humanidad, el desastre colosal que él se negaba a admitir hace 32 años es ahora nada más que una simple posibilidad científica. Ante esta realidad sobrecogedora que a través de todo el tiempo humano debió de parecer una utopía, los inventores de fábulas que todo lo creemos, nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra.

    Muchas Gracias

    Discurso de aceptación del Premio Nobel 1982