domingo, 24 de mayo de 2009

Comprensión del fundamento / Enrique Dussel



Enrique Dussel
llama comprensión existencial al modo cotidiano y no crítico por el que cada ser humano abarca la totalidad de su experiencia. Esta comprensión también ha sido llamada la posición natural, que significa el modo de existir, la posición de mí mismo en el mundo, y es contraria a la llamada posición crítica.

La comprensión del fundamento o el ser

Esta es la posición crítica del ser, que significa en primer lugar que soy una apertura al mundo como tal y que el mundo es mi punto de partida: la experiencia primera, la que está fundando o perfilando toda experiencia posterior. De esta manera, según Dussel, todo en una cultura tiene un fundamento que se funda en el ser, una cierta relación al fundamento originario desde el que se descubre el sentido de todos los entes que habitan el mundo.

En el modo natural de ser en México, por ejemplo, cada uno de nosotros tiene una cierta comprensión del mundo, la cual suele ser cotidiana o no crítica. Sin embargo , en esta comprensión se da todo lo esencial, pues en ella ya se puede descubre una totalidad de sentido.

Esa totalidad de sentido se descubre de la siguiente manera. Si pregunto: ¿qué es un reloj?, cualquiera me respondería que es un instrumento para dar la hora. Sin embargo ¿esa definición agota el ser del reloj? El reloj se sitúa en el nivel de las cosas, de eso que en filosofía se llama el nivel óntico. Cada una de nosotros está en el mundo y se enfrenta a los entes, a las cosas. Si ante esto pudiéramos preguntarnos más críticamente: ¿Por qué tenemos reloj? Ya no podemos responder que simplemente porque es un instrumento para dar la hora. Cuando pregunto ¿por qué? pido una causa, un fundamento. Sí es verdad que el reloj da la hora, pero para entender el ‘por qué’ nos ayuda un dicho que dice que “el tiempo es oro”. De tal manera que nos interesa el tiempo porque en el fondo el tiempo es oro. Lo que no queremos perder, entonces, es el oro. Pero la pregunta es: ¿por qué el oro es un valor para nosotros? Si San Francisco de Asís, por ejemplo, se encontrara una moneda de oro tirada en el suelo la patearía con desprecio, porque la moneda no es una mediación del proyecto ‘estar-en-la santidad’. En cambio, un habitante del burgo, un hombre burgués, se abría arrojado sobre la moneda en el acto para atraparla, porque es una mediación para el proyecto ‘estar-en-la-riqueza’; porque siendo ese el proyecto de su mundo, el ente concreto oro vale por ser mediación (ser-medio-para) para su proyecto. Es así que tenemos relojes, porque en el fondo del reloj está el proyecto de ‘estar-en-la-riqueza’.

De esta manera, a partir del reloj podemos comprender la historia de la cultura occidental desde el siglo X hasta nuestros días. Podemos mostrar todo un proyecto humano y lo que esta detrás del mismo; porque todo ente (cosa) está fundado en el proyecto y éste es el fundamento de todo lo que habita en el mundo.

Pensamos que la comprensión existencial (cotidiana) nos permite que todo lo que nos rodea nos aparezca como importante. Sin embargo, lo importante es el fundamento y pasa absolutamente desapercibido para nosotros. En el fondo somos llevados como ‘de la nariz’ por el fundamento y nos creemos señores de los entes, entes que nunca descubren del todo lo que tienen detrás. Esta es la diferencia entre lo óntico, que se refiere a los entes y lo ontológico, que se refiere al fundamento o al proyecto de existencia del hombre, de una comunidad, de una época histórica y aún más de la humanidad como historia de todos los proyectos.



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